EL PACIENTE INGLÉS
Título original: The english patient
Año: 1996
País: Gran Bretaña
Duración: 155 min.
Fecha de estreno en España: 19 de febrero de 1997
Director: Anthony Minghella
Guión: Anthony Minghella, según la novela homónima de Michael Ondaatje
Música: Gabriel Yared
Montaje: Walter Murch
Fotografía: John Seale
Productor: Saul Zaentz
Compañía: Miramax/Saul Zeantz Productions
Intérpretes: Ralph Fiennes, Kristin Scott Thomas, Juliette Binoche, Willem Dafoe, Naveen Andrews, Colin Firth et al.
Ganadora de 9 Oscar: película, director, actriz secundaria, montaje, fotografía, música, dirección artística, vestuario, sonido
Italia.
Finales de la II Guerra Mundial. A un hospital de campaña llega un
misterioso hombre moribundo, con la piel calcinada a causa de un
brutal accidente de aviación. Ha perdido parte de la memoria y nadie
sabe quién es. Por eso, Hana, una enfermera atormentada al creer que
todas las personas a las que ama acaban muertas, se hará cargo
personalmente de él. La mujer decide llevar a su paciente a una
iglesia abandonada y allí, en medio de la soledad, empezarán a
venirles a ambos recuerdos de un tormentoso pasado y sensaciones que
creían tener olvidadas.
Después
de cinco años en los que el Óscar a la mejor película fue a parar consecutivamente a largometrajes míticos (“El silencio de los corderos”, “Sin
perdón”, “La lista de Schindler”, “Forrest Gump” y
“Braveheart”), le llegó el turno al cine romántico. En el 96,
97 y 98, el máximo galardón fue otorgado a filmes con una historia
de amor como tema central, dato tremendamente curioso. La primera en
iniciar esta tanda de cine pasteloso fue "El paciente inglés",
un filme del prematuramente desaparecido Anthony Minghella que deja el listón bastante bajo con respecto a sus predecesoras.
No
me entendáis mal. "El paciente inglés" no es una mala
película. Para empezar, está dirigida con el brío y la elegancia
propios de un maestro. Por otro lado, cuenta con una hermosa
fotografía, cuyas imágenes del desierto pueden rivalizar con las de
la misma "Lawrence de Arabia" (filme ante el que no se
pueden evitar comparaciones). También posee un guion sumamente
sugerente, que nos narra, de manera muy persuasiva -la película
empieza por el final, pues lo primero que vemos es el accidente de
avión que sufre el protagonista y desde ahí se nos van mostrando
pequeñas pinceladas del pasado de este, en forma de flashbacks- una intensa historia de amor que se mezcla con otras de espionaje y
traiciones en tiempos de guerra. Y, por último, tenemos la bellísima
partitura de Gabriel Yared (ganadora del Óscar), que contribuye a
darle emotividad al romance.
Sin
embargo, al igual que ocurría con "Lawrence de Arabia",
“El paciente inglés”, pese a su indiscutible belleza formal, es
un filme tan lento que en algunos casos puede llegar resultar
tedioso. Es una de esas películas en las que miras la hora un
momento y, para tu pesar, te das cuenta de que han pasado tan solo 15 minutos, los cuales te han parecido una eternidad. Con todo, gracias a sus continuos
saltos temporales, su interesante trama secundaria, su peculiar
historia de amor y la belleza hipnótica de sus imágenes, la
película se deja ver adecuadamente bien, haciendo bastante
digeribles sus casi 3 horas de metraje.
En
resumen: pese a su tempo lento (característico del cine británico)
y su desmesurada duración, sus grandes interpretaciones, la maestría
de Minghella tras las cámaras y la hermosura de sus imágenes hacen
de "El paciente inglés" una película bastante decente,
aunque –a mi juicio- no merecedora de las 9 estatuillas que obtuvo.
Las mismas que, dicho sea de paso, logró esa obra maestra que lleva
por título “El último emperador” y ante la cual la película de
Minghella no tiene nada que hacer.
by Chuparrocas
QUIZÁS TAMBIÉN TE INTERESE: 1995: TIERRA Y LIBERTAD
No hay comentarios:
Publicar un comentario