lunes, 8 de diciembre de 2014

1969: EL CINE ERÓTICO TAMBIÉN VALE


COWBOY DE MEDIANOCHE

Título original: Midnight Cowboy
Año: 1969
País: EE.UU.
Duración: 108 min.
Director: John Schlesinger
Guión: Waldo Salt, según la novela homónima de James Leo Herlihy
Música: John Barry
Montaje: Hugh A. Robertson
Fotografía: Adam Holender
Productor/es: Jerome Hellman
Compañía: MGM/United Artists
Intérpretes: Dustin Hoffman, Jon Voight, Brenda Vaccaro, Sylvia Miles, John McGiver, Ruth White, Bob Balaban, Barnard Hughes et al.

Ganadora de 3 Oscar: película, director, guión adaptado


Joe Buck es un joven de Texas, atractivo y soñador, que decide abandonar su pequeño pueblo y su anodina vida de camarero para viajar hasta Nueva York a hacer fortuna. Espera trabajar de gigoló, pues según tiene entendido, la gran ciudad está llena de mujeres sedientas de amor. Pero cuando llega allí descubre que nada es como había pensado. Lejos de su hogar, desesperado y en bancarrota, conoce a Rizzo, un vulgar ladronzuelo cojo en el que encontrará un fiel amigo. Ambos se harán compañía mutuamente en la ciudad de los rascacielos.



A finales de los años 60 la industria del cine vivía tiempos aciagos, hasta el extremo de estar a punto de extinguirse. Afortunadamente, a principios de la década de los 70 surgió un grupo de jóvenes cineastas que, gracias a una fuerza creativa irrefrenable, supieron darle una vuelta de tuerca, tanto narrativa como estéticamente, a un arte que estaba al borde del precipicio. En ese grupo no se encontraba John Schlesinger, director de la película de la que hablamos hoy, pero parte de esa revolución creativa sí que se plasma en ella: "Cowboy de medianoche", un filme totalmente underground, con una narración poco convencional y una temática tan provocativa que hizo que recibiera la calificación de X en EE.UU. Nadie hubiera podido imaginar que esta cinta, que tan solo se pudo estrenar en un puñado de salas -aquellas que permitían la exhibición de películas pornográficas-, se alzaría con el Oscar más valioso del año, pero así fue. Y de este modo, pasó a la historia, pues se trata de la única película X que lo ha conseguido.

Como he dicho, "Cowboy de medianoche" es un filme poco convencional. Y eso es debido a dos aspectos: por un lado, su narración “antilineal”, realizada a través de flashbacks; y por otro, sus escenas de alto contenido erótico, tanto heterosexual como homosexual. No obstante, en “Cowboy de medianoche” también hay hueco para una gran historia, pues la película de Schlesinger habla sobre todo de tres aspectos: la pérdida de la inocencia, el valor de la amistad y lo salvaje de la sociedad urbana contemporánea. Y es que “Cowboy de medianoche”, aparte de ser un filme provocativo y -por momentos- pornográfico, tiene la gran baza de contar un relato que toca temas muy comunes pero desde una óptica inusitada. Quizá sea esto lo que hace de ella una obra tan peculiar.

Esa perspectiva particular se debe fundamentalmente al enorme talento del director, que llena la cinta de metáforas, imágenes con doble sentido y secuencias oníricas, sobre todo en la primera parte del filme, en la que, por medio de flashbacks que hacen las veces de recuerdos, conocemos el pasado del protagonista, Joe Buck, interpretado por un John Voight en estado de gracia. A partir de la segunda parte –en concreto, a raíz de la aparición del personaje de Rizzo (descomunal Dustin Hoffman en el que posiblemente sea uno de los mejores papeles de su carrera)- esta experimentación desaparece para dar paso a una narración más tradicional: Joe, al haber encontrado a un compañero de fatigas, se encuentra emocionalmente más tranquilo y, por lo tanto, los recuerdos a los que se aferraba desaparecen (y con ellos, los flashbacks). Es decir: "Cowboy de medianoche" es, por encima de todo, un retrato de la psicología y las emociones de un extravagante dúo de perdedores que vaga sin rumbo por las calles de Nueva York, y esas emociones y sentimientos son expresados de forma perfecta por Schlesinger.

Aparte de la dirección y de las interpretaciones, también son destacables en la cinta el montaje, la banda sonora -liderada por el mítico tema de Harry Nilson "Everybody’s talkin’", el cual podéis ver en el vídeo de arriba- y el soberbio guion de Waldo Salt –merecedor del Óscar que obtuvo-, basado en la excelente novela de J. L. Herlihy. Todo ello convierte a "Cowboy de medianoche" en una película tan impactante como inolvidable, y yo, a pesar de compartir nominación con la exitosa "Dos hombres y un destino", la considero digna ganadora de la edición de 1969. Aunque, ahora que lo pienso… año 69… película X… ¿En qué estarían pensando los académicos?


by Chuparrocas

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