lunes, 30 de enero de 2017

SERIEANDO Y OLÉ: GOTHAM

En uno de los programas de la temporada pasada dedicados al legado audiovisual de Batman, comentamos el inminente estreno de una serie sobre los orígenes del Caballero Oscuro. Esa serie se llamaría "Gotham" y hablaría de cómo sería la ciudad antes del surgimiento de su protector enmascarado. El pasado domingo se estrenó el capítulo 12 de su tercera temporada, después de su habitual parón navideño, por lo que es un buen momento para hablar más en profundidad de esta curiosa serie.


Gotham, una ciudad viva

Con motivo del 75 aniversario de la creación de Batman, la Warner Brothers encargó a Bruno Heller, creador de la estupenda "Roma" para la HBO, una serie que se centrara en los orígenes del Señor de la Noche. Así, el 22 de septiembre de 2014 se estrenó en el canal Fox el primer episodio de "Gotham", una serie que causó mucha expectación, como todo aquello relacionado con el septuagenario superhéroe.

"Gotham" supone un retrato de la ciudad unos 10 años antes de la aparición de Batman. Se nos cuentan los orígenes de muchos personajes míticos de su universo, y a través de ellos conocemos la ciudad y la semilla que provocaría la aparición del superhéroe. Esta radiografía se realiza a través de tres hilos conductores o tramas, que van pivotando a lo largo de cada capítulo, y se mezclan a medida que avanza la serie.



La primera y más importante es la de James Gordon (Ben McKenzie), un agente de policía idealista y rebelde que acaba de llegar a la ciudad. Sus ideas revolucionarias traerán de cabeza al cuerpo, en especial a su compañero Harvey Bullock, que deberá debatirse entre ser fiel a su colega y jugar limpio o rendirse ante la corrupción y mala práxis del resto de agentes. En este sentido, Gordon se podría considerar el protagonista de "Gotham" y su hilo conductor es el principal, pues cada episodio consiste en la resolución de un crimen por parte de la pareja. Lo más importante de esta trama es que contiene los dos aspectos más interesantes de la serie. Por un lado, su puesta en escena, en la que predominan los decorados sombríos, acentuados por unas imágenes llenas de claroscuros y unos encuadres exagerados, factores que resaltan el aspecto gótico de la ciudad y proporcionan, así, un atractivo toque noir a cada episodio. Por otro lado, la propia idiosincrasia de los asesinatos, perpetrados normalmente por individuos extravagantes que, con el tiempo, se convertirán en los futuros villanos de Batman. Entre ellos se encuentran el señor Frío, Dollmaker, Capucha Roja o el Sombrerero Loco, aunque también aparecen otros personajes que, sin ser mencionados explícitamente, por sus características físicas podemos pensar que también puede tratarse de adversarios del Caballero Oscuro, como Manbat, Killer Croc o el propio Joker. Estas apariciones, un claro homenaje a los fans del superhéroe, son el principal atractivo de la serie.

El segundo hilo conductor de "Gotham" es el de Oswald Cobblepott, el Pingüino, uno de los villanos más populares de Batman. Al principio, este peculiar personaje, interpretado estupendamente bien por Robin Lord Taylor, es el adlátere de la implacable Fish Mooney (Jada Pinkett Smith), personaje creado exclusivamente para esta serie. Se trata de una mafiosa sin escrúpulos que ansía por encima de todo dominar la ciudad, por lo que no duda en iniciar una brutal guerra contra los dos capos mafiosos más importantes de Gotham City, los míticos Salvatore Maroni y Carmine Falcone. En este sentido entra en juego Cobblepott, que intentará aprovechar su papel como segundón para ganarse la confianza de todos ellos, cambiando de lealtades con una maestría inusitada y metiendo cizaña en la guerra entre las tres familias, para conseguir finalmente ser el amo y señor de la ciudad. Esta trama, por lo tanto, representa el más puro ejemplo de cine de mafiosos, cuya primera temporada no tiene nada que envidiar a las mejores obras del género. Esta mezcla de cine negro del bueno y thriller gótico hacen que la serie sea una auténtica gozada para los sentidos.



La tercera trama está protagonizada por Bruce Wayne (David Mazouz), el muchacho cuyos padres son asesinados y que posteriormente se convertirá en el Señor de la Noche. Esta línea narrativa consiste en la investigación que Wayne debe hacer, desde su posición de niño rico, de la muerte de sus progenitores, lo que le llevará a adentrarse en terrenos bastante fangosos, tanto en el campo de sus negocios como en el de la propia ciudad de Gotham. Para ello se valdrá de la ayuda de Jim Gordon, de manera que, en un momento dado, ambas tramas (la del policía y la de Wayne) se entrecruzan. Asimismo, Bruce está siempre acompañado de su fiel criado Alfred Pennyworth, interpretado por Sam Pertwee. En este sentido, es importante añadir que el Bruce Wayne de "Gotham" dista muchísimo del Bruce Wayne que siempre se ha representado en las películas y cómics: se trata más bien de un niño mimado, con un montón de dudas y, en algunos casos, con tantas tonterías que a uno le entran ganas de correrle a gorrazos. Por fortuna, el personaje va evolucionando a lo largo de la serie, y pueden verse pequeñas pinceladas del hombre astuto que llegará a ser en el futuro. Sin embargo, esta línea argumental es bastante decepcionante, pues su hilo conductor es el menos interesante y atractivo, y también el que, a mi juicio, origina gran parte de los problemas de la serie, que son bastantes. Y es que "Gotham" tiene tantas virtudes como fallos, cosa que la convierte en un producto muy emocionante unas veces, y muy aburrido otras.

"Gotham", cuando el aburrimiento sale a escena

Como acabo de comentar, la serie tiene momentos muy intensos y entretenidos, pero también tiene partes aburridas, con guiones sin sentido, periodos estos que pueden llegar a durar incluso media temporada. Para hacer un resumen de toda la serie, diremos que esta tarda en arrancar, y es a partir de la segunda mitad de la primera temporada y, sobre todo, a lo largo de la segunda donde se ven los mejores episodios. Sin embargo, en esta tercera temporada da la impresión de que las tramas se han agotado y los capítulos han alcanzado tal grado de convencionalismo que Canal +, que era la cadena que los emitía semanalmente, no ha comprado sus derechos, siendo Internet la única forma de acceder a ellos. ¿Pero qué es lo que le pasa a "Gotham" para que no sea tan popular como otras series de DC que están en antena, como "The Flash", "Arrow" o "Supergirl"?. Vamos a intentar analizarlo.


El principal fallo deriva, curiosamente, de su principal virtud: los personajes de la serie son tan conocidos por los espectadores que ya sabemos lo que va a pasar con ellos. Todos sabemos que Bruce Wayne va a sobrevivir a todos los peligros y se convertirá en Batman, y que Gordon, Pingüino y demás personajes tampoco morirán. Esto quita emoción a la serie y provoca que los guionistas fuercen las historias al máximo para que estos personajes no acaben sucumbiendo, generándose así situaciones disparatadas, como por ejemplo la que se da en el último capítulo de la primera temporada: el villano, cuyo mayor objetivo es matar a Bruce Wayne, al fin va a ver cumplido su sueño; ha aniquilado a muchos rivales por el camino, a sangre fría, sin pensar, sin dejar reaccionar a su victimas... pero cuando está ante Wayne se entretiene de la forma más absurda, hasta que Gordon llega in extremis y salva al hijo predilecto de Gotham. Pero muchos de los momentos más absurdos de la serie están protagonizados por Alfred, quien será apuñalado, disparado y apaleado en múltiples ocasiones, con heridas mortales de necesidad, saliendo indemne en todas y cada una de ellas. De hecho, en una misma temporada puede llegar a visitar hasta cinco veces el hospital, y siempre acaba recuperándose. Todas estas situaciones inverosímiles quitan interés a la serie, dando una sensación de forzamiento realmente inquietante.

El otro aspecto negativo quizá se deba a una estrategia comercial. "Gotham" es un producto enfocado a un espectador demasiado específico (el fan de Batman), de donde derivan su peculiar estética y la multitud de guiños a los cómics que contiene. Sin embargo, los productores tenían la intención de que "Gotham" fuese una serie accesible a todo tipo de público (especialmente el femenino), por lo que decidieron tomar la decisión más sencilla y, a mi juicio, también la más equivocada: incluir escenas de romance. Esto no sería un problema si "Gotham" no fuese una serie donde predomina el tono oscuro y macabro. Así, "Gotham" se llena de tramas amorosas en más ocasiones de lo deseado, hasta el punto de que toda la parte protagonizada por Gordon, que en las primeras temporadas está formada por historias de intriga, misterio y conspiración, en esta tercera temporada se basa casi exclusivamente en sus dilemas románticos.


Asimismo, el romance también está presente en la trama de Bruce Wayne (debido sobre todo a su carácter de adolescente hormonado), para mayor gloria de un personaje tan interesante como el de Selina Kyle, encarnada por la fascinante Camren Vicondova. Pero la cosa va más allá, y en "Gotham" se llega incluso a introducir un intento de relación homosexual entre el Pingüino y Enigma, el mejor villano de toda la serie, gracias al grandioso trabajo de Cory Michael Smith. Es decir, la serie de intriga y suspense con estética negra de las primeras temporadas se convierte, poco a poco, en una serie en la que predominan historias de amor absurdas, con situaciones forzadísimas y personajes pasados de rosca, que debían haber desaparecido varios capítulos atrás. 

Estas situaciones, obviamente, son las que han provocado que una serie que empezó siendo tremendamente interesante degenere hasta el punto de convertirse en un producto imposible de soportar. Yo, personalmente, seguiré viéndola con la intención de cazar más referencias al universo de Batman y el deseo de que "Gotham" retome su rumbo habitual. Sobre todo, espero con especial interés la última escena del último capítulo de la última temporada donde, según declaraciones de sus creadores, aparecerá el Señor de la Noche en todo su esplendor.

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