Título original: The deer hunter
Año: 1978
País: EE.UU.
Duración: 174 min.
Director: Michael Cimino
Guión: Michael Cimino y Deric Washburn
Música: Stanley Myers
Montaje: Peter Zener
Fotografía: Vilmos Zsigmond
Productores: Michel Cimino, Michael Deeley, John Peverall y Barry Spikings
Compañía: EMI Films
Interpretes: Robert De Niro, Meryl Streep, Christopher Walken, John Savage, George Dzundza, John Cazale, Amy Writght, Joe Grifasi et al.
Ganadora de 5 Oscar: película, director, actor secundario, montaje, fotografía
Mike,
Steve y Nick son tres amigos que trabajan como obreros en una
fundición siderúrgica de Pennsylvania. Tras la boda de uno de
ellos, partirán hacia Vietnam para luchar en la guerra. Una vez
allí, son capturados por el Vietkong y obligados a jugar a la ruleta rusa. Este hecho les marcará profundamente, hasta
el punto de producirles graves secuelas, tanto físicas como
psicológicas. Por eso, cuando Mike regresa a casa, descubre que las
cosas han cambiado radicalmente y que ese mundo ya no es el suyo.
Estaba
tardando mucho la Academia de Hollywood en premiar una película
sobre la guerra de Vietnam, un conflicto que supuso un punto de
inflexión en el devenir de la sociedad estadounidense de finales del
siglo XX. Ya tuvieron su oportunidad dos años atrás con "Taxi
Driver", pero se decantaron con el fenómeno "Rocky".
En esta ocasión no pudieron resistirse a "El cazador", una
película tan bella como dura, que goza de unas interpretaciones
memorables.
Cuando
uno ve los documentales y making off's que vienen
habitualmente en los extras de los DVDs, se cansa de ver cómo
reparto y cuerpo técnico en su totalidad no hacen otra cosa sino
lamerle el culo cantar las virtudes del director de la
película en cuestión. Por eso, agrada descubrir cómo, en el caso
específico que nos ocupa, ocurre precisamente lo contrario: Michael
Cimino era un realizador de bastante baja consideración dentro del
mainstream hollywoodiense, tanto por parte de la industria
como de los actores. Famoso por pasarse el presupuesto por un sitio
muy sensible de su anatomía, los productores de las principales
majors lo condenaron a vagar con más pena que gloria por el
mundo de la serie B.
No obstante esto, Cimino realiza un trabajo fabuloso en "El cazador", su segunda película y la única destacable de su filmografía. Aunque la culpa de lo que pasa en ella no es exclusivamente suya: el filme cuenta con un elenco de actores en
estado de gracia, entre los que destaca un Robert De Niro (otra
vez en una película relacionada con Vietnam, tras "Taxi Driver")
que por aquel entonces atravesaba su etapa de plenitud
interpretativa. También merecen nuestra atención una
jovencísima Meryl Streep, que recibió la primera de una larga lista
de nominaciones al Oscar; y Christopher Walken, en un papel demoledor
que le hizo merecedor del premio al mejor actor secundario. Pero el
papel más entrañable es el de John Cazale, el cual rodó padeciendo
el cáncer que lo llevaría a la tumba poco antes del estreno de la
película. El dato emotivo es que, aunque era consciente de la
gravedad de su enfermedad, Cazale decidió trabajar en la cinta de Cimino porque quería actuar junto a De Niro, con quien nunca había
compartido escena, pese a formar ambos parte del reparto de la
segunda parte de "El padrino". Y ya que tocamos el tema de De Niro
y Cazale, cuenta la leyenda que durante la grabación de la escena en
la que ambos están jugando a la Violeta, De Niro, previo permiso del
propio Cazale, puso una bala de verdad en el cargador de la pistola.
Cazale aceptó. Total, se estaba muriendo...
Otro
de los méritos de "El cazador" es que, pese a su excesiva
duración (180 minutos), no se hace pesada en ningún momento. Esto se debe a que la
narración está estructurada en tres bloques bien diferenciados, lo
que facilita bastante el seguimiento de la historia: toda la primera
hora está dedicada a la boda de Steve, tanto los días anteriores -relativos a los preparativos- como el día después -cuando los
amigos se van de caza-; tras esto viene la parte destinada al Vietnam,
que ocupa una escasa media hora, dominada por la intensísima
secuencia de la ruleta rusa, genialmente montada e interpretada; los
minutos finales se ocupan de las vicisitudes de los personajes al
volver a Estados Unidos.
Esta
estructura puede desconcertar bastante a todo aquel que piense que estamos ante una película bélica. Nada más lejos: "El
cazador" es una cinta que habla sobre las personas y sobre cómo
y hasta qué punto estas se ven afectadas por los conflictos armados. A Cimino no
le interesa tanto contar el conflicto en sí como los sentimientos y
penurias de un grupo de personajes que tienen la desgracia de vivir en Estados Unidos durante la guerra de Vietnam. Sin embargo, a mi juicio, este es uno de los
principales defectos del largometraje: que se nos cuente tan poco
sobre lo que les ocurre a los personajes en Vietnam (en ningún
momento se nos explica cómo y por qué los protagonistas acaban
capturados por el Vietkong; tan sólo hay una escena de un bombardeo
en un poblado, seguida por otra en la que De Niro chamusca a un
Charlie y después otro bombardeo a muchos metros de distancia, para
después llevarnos directamente a la cabaña donde están los
prisioneros) hace que no terminemos de empatizar del todo con ellos.
Me parece bien que el director quiera pasar de puntillas sobre el
conflicto para centrarse en las emociones de los personajes, pero a
veces es necesario explicar ciertas cosas relevantes para la
narración, y no ir directamente al grano.
A
pesar de este -a mi juicio- fallo, hay que decir que, en general, "El
cazador" es una gran película, muy hermosa y emotiva (gracias
sobre todo a la música de Stanley Myers y a la gran fotografía de
Vilmos Zsigmond, que no tiene reparos en recrearse en los hermosos
parajes boscosos de Pennsylvania) y a la vez dura y desagradable. No
en vano, supuso un verdadero impacto, tanto para los espectadores -fue una de las primeras cintas comerciales que reflejó en toda
su crudeza las consecuencias sociales de una guerra tan dura como la
de Vietnam- como para su director, que no volvió a conocer el éxito
en su carrera. Una película larga pero intensa, dura y emotiva. Una
obra cinematográfica que todos tienen que ver.
P.D.: De esta película, y no de "Acorralado" es de donde procede la archiconocida frase "No siento las piernas". La dice Nick al escapar de la cabaña vietnamita en la que está prisionero con sus compañeros.
bu Chuparrocas
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