Título original: One Flew over the Cuckoo's Nest
Año: 1975
País: EE.UU.
Duración: 128 min.
Fecha de estreno en España: 7 de octubre de 1976
Director: Milos Forman
Guión: Lawrence Hauben y Bo Goldman, según la novela homónima de Ken Kesey
Música: Jack Nitzsche
Montaje: Lynzee Klingman y Sheldon Kahn
Fotografía: Haskell Wexler
Productor: Saul Zaentz y Michael Douglas
Compañía: United Artists/Fantasy Films
Intérpretes: Jack Nicholson, Louise Fletcher, William Redfield, Will Sampson, Brad Dourif, Christopher Lloyd, Danny DeVito et al.
Ganadora de 5 Oscar: película, director, guión adaptado, actor, actriz
Randle P. McMurphy
es un ladronzuelo de tres al cuarto que se hace pasar por demente
para que le ingresen en un manicomio y así librarse de la cárcel.
Su carácter extrovertido y algo agresivo contrasta con el ambiente
monótono y silencioso que reina en la clínica, con lo que pronto se
convertirá en el líder del lugar, revolucionando a todos –enfermos
y enfermeros- con su frenesí vital. Sin embargo, esta actitud no
pasa desapercibida para la enfermera Ratched, una de las máximas
autoridades del centro, quien teme que la intensa conducta del nuevo
inquilino suponga un problema para la rutina del hospital, con lo que
decide atar en corto a Randle. Pero este, harto de las órdenes de la
enfermera, y tras comprobar que las estrictas normas del centro
impiden el desarrollo intelectual de los pacientes y su correcta
recuperación, decide rebelarse y tomar sus propias decisiones.
Fue "Sucedió una
noche", el fabuloso largometraje de Frank Capra, la primera película de la historia que consiguió los cinco Oscar considerados los más valiosos: película,
director, guion, actor principal y actriz principal. Tuvieron que
pasar cuarenta años para que la misma hazaña se repitiera, y
además, con toda justicia, pues “Alguien voló sobre el nido del
cuco” está considerada como una de las mejores y más impactantes
películas de la historia del cine.
"Alguien voló
sobre el nido del cuco", la mejor obra de la dilatada
filmografía del director checo Milos Forman, no es un filme que
posea grandes alardes técnicos, ni espectaculares
paisajes, ni multitud de extras. Es una película sobre emociones,
sobre personas -más en concreto, sobre su psicología- y sobre la
libertad, el tema más universal de todos. Solo que, a diferencia de
lo que ocurre con otros dramas carcelarios como "Cadena
perpetua" o "Pena de muerte", en donde hay una
concepción más física o corpórea de la libertad, en este caso se
trata más de una libertad de índole intelectual.
Y es que son los
personajes -y las aventuras que estos viven- el núcleo en torno al
cual gira la película, hasta el punto de que no podemos evitar
encariñarnos con ellos: desde el propio Randle (posiblemente la
mejor actuación de Jack Nicholson en toda su carrera); pasando por
Cheswick; el Jefe; Taber (interpretado por Christopher Lloyd antes de
convertirse en Emmet Brown e, inmediatamente, en mi ídolo supremo);
Billy Bibbit (el debut en el cine de Brad Dourif, 26 años antes de
meterse en la piel de Grima Lengua de Serpiente); o mi favorito,
Martini, encarnado por un irreconocible Danny DeVito. Incluso se
siente un poco de simpatía (o mejor dicho, de pena) por la propia
enfermera Ratched, pues, a pesar de ser odiosa y acabar deseando que
le pase lo peor, uno va viendo cómo se le va de las manos la
situación y no puede evitar apiadarse de ella.
Por lo que respecta al
argumento, en “Alguien voló sobre el nido del cuco” destacan
especialmente las secuencias relativas a los intentos de McMurphy por
hacer que esos amigos suyos sean, si no físicamente, sí al menos
mentalmente libres. A este respecto, es relevante la bellísima
escena de los campeonatos mundiales de béisbol, posiblemente la
secuencia más mágica de toda la historia del Séptimo Arte. Se
trata del momento clave de la película, pues, al tiempo que resume
perfectamente su argumento, marca un punto de inflexión narrativo
que divide la cinta en dos partes. Por fortuna, la he encontrado
completa en Youtube, porque si tuviera que describirla con palabras se
perdería todo su encanto. La tenéis en el vídeo que acompaña la entrada. Atentos a la cara de Louise Fletcher al
final de la escena. Nunca con una mirada se ha dicho tanto.
Pero “Alguien voló
sobre el nido del cuco” tiene muchas más escenas memorables:
algunas mágicas y divertidas, como la del viaje en yate o la fiesta
del final; y otras más duras y desagradables, como la parte del
electroshock. Todas ellas sirven para mostrar lo que sienten, lo que
sufren o lo que anhelan y no pueden conseguir los peculiares
individuos que pueblan el hospital en el que se desarrolla la acción,
haciendo de "Alguien voló sobre el nido del cuco" un
espectáculo inolvidable que despierta en el espectador todo un
cúmulo de intensísimas sensaciones: desde el cariño, la simpatía
o la esperanza; hasta el odio, la repugnancia o el miedo. Así,
tenemos una película que trasciende lo puramente visual para pasar a
convertirse en una obra netamente sensorial, convirtiéndose de este
modo en un largometraje perfecto. No en vano, ocupa un meritorio 15º puesto en el top 250 de IMDB, así que sólo me queda
recomendaros (o mejor, rogaros) que la veáis. Da igual cómo lo
hagáis: solos o en grupo; en el colegio, en la parroquia o en el
trabajo; en casa o en un cine. Es una de esas obras a las que
hay que acercarse antes de morir.
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by Chuparrocas
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