Año: 1971
País. EE. UU.
Duración: 99 min.
Director: William Friedkin
Guión: Ernst Tidyman, según el libro de Robin Moore
Música: Don Ellis
Montaje: Jerry Greenberg
Fotografía: Owen Roizman
Productor: Philip D'Antoni
Compañía: 20th Century Fox
Intérpretes: Gene Hackman, Fernando Rey, Roy Scheider, Tony Lo Bianco, Marcel Bozzuffi et al.
Ganadora de 5 Oscar: película, director, actor, guión adaptado, montaje
Una noche, cuando los agentes Jimmy "Popeye" Doyle y Buddy
“Cloudi” Russo, del departamento de estupefacientes del cuerpo de policía de
Nueva York, están tomando unas copas en un local, descubren que en una mesa
cercana se encuentra un grupo de los más selectos capos del narcotráfico del
país. Sin embargo, les llama la atención uno de ellos, al que no conocen, que
no para de soltar billetes por doquier. Intrigados por saber quién es ese tipo,
deciden seguirlo, descubriendo así una peligrosa trama de tráfico de drogas en
la que los implicados, con tal de cumplir su objetivo, están dispuestos a dejar
vidas por el camino.
No hay ninguna discrepancia en afirmar que "French Connection" es
uno de los más famosos thrillers de
todos los tiempos. Sin embargo, si tenemos en cuenta que este género no goza de
demasiada estima entre los académicos de Hollywood (los thrillers generalmente son tomados como blockbusters
con el único propósito de recaudar dinero en masa), cabe hacerse la siguiente
pregunta: ¿qué fue lo que vieron en ella los miembros de la Academia como para
considerarla la mejor película del año 1971? La respuesta la encontramos en su
enorme calidad, tanto técnica como artística. Mientras que "En el calor de la noche", aparte de una bien tejida trama policíaca, no tenía nada de
interés más que un tema candente en la época, en "French Connection" encontramos
varios aspectos que, de alguna manera, la convierten en una obra de artesanía
cinematográfica.
En primer lugar, están las interpretaciones, destacando entre ellas las de un
intenso Gene Hackman (ganador del Oscar como mejor actor principal) y la de un
elegante Fernando Rey, actor español responsable de encarnar al líder de la
banda de narcotraficantes marselleses (de hecho, el papel de Rey está
íntegramente en francés, una lengua que el actor español dominaba mejor que el
inglés) y de que la película sea tan conocida en el reino de Felipe y Letizia.
Al hilo de esto, y como mera anécdota, hay que comentar que la aparición de Rey
en “French Connection” fue fruto de una confusión: el director y los
productores querían que el papel de Charnier lo interpretase un apuesto murciano
que por aquel entonces estaba muy de moda y que obedecía al nombre de Francisco
Rabal. No obstante, dicho actor aparecía reseñado en las anotaciones que
manejaba el equipo técnico como ‘spanish,
“Viridiana”, F. R.’. Y fue precisamente esta exigua anotación (¡que manía tienen
los yanquis de abreviarlo todo!) lo que provocó la entrada de Fernando Rey en
el reparto del largometraje de Friedkin: actor español, aparece en “Viridiana”
y responde a las siglas F. R. Cosas del cine y de las prisas.
Pero –curiosidades aparte- si hay algo por lo que sobresale “French
Connection” es por su trepidante ritmo, fruto de unas intensas secuencias que,
basadas en un montaje endiablado, configuran episodios memorables, como el de la caza de Charnier por parte de Popeye y Russo, considerada por los expertos
como una de las mejores secuencias de acción de la historia del cine: comenzando
con un tiroteo desde la azotea de un edificio, se inicia una persecución a pie
por las calles de Nueva York que culmina con otra en la que el malo viaja en un
metro que no puede frenar y el bueno trata de perseguirlo conduciendo
alocadamente un destartalado coche. Son 11 minutos en los que no hay ni una
sola palabra y cuyo fin deseamos que no llegue nunca. Una secuencia que muchos cineastas de hoy en día, que piensan que imprimirle
ritmo a una escena supone engarzar uno tras otro planos de medio segundo,
deberían tomar como referencia. Podéis ver un fragmento de ella en el vídeo que abre esta entrada.
Sin embargo, ese montaje tan frenético provoca algo que, a mi juicio, hace
que no podamos considerar a “French Connection” una obra maestra: todo sucede
muy rápido –quizás demasiado- lo que, unido a la exigua duración del filme (apenas una hora y tres cuartos) hace que surja en nosotros una cierta sensación de
insatisfacción tras su visionado. Así, aunque uno no tenga nada que objetar con
lo que aparece en su pantalla, sí le quedará la impresión de haber disfrutado
demasiado poco de esos personajes tan llamativos y esa historia tan atrapante.
Por lo que a mí respecta, por ejemplo, me ha sabido a poco el papel de Popeye
Doyle: a pesar de estar muy bien interpretado, creo que podía haber dado más de
sí. Incluso el desenlace, genialmente rodado y fotografiado en un ambiente
totalmente tenebrista, crea un poco de desconcierto en el espectador: la cinta termina
de sopetón, con un corte brusco en mitad de un clímax (aunque bien es
cierto que al final, por medio de una voz en off, se nos cuenta el destino de
todos y cada uno de los personajes). ¿No hubiera quedado mejor contar eso con
imágenes, aunque hubiera supuesto media hora de metraje más?
En suma: "French Connection" es una película muy buena: un
magnífico thriller, muy intenso, con grandes interpretaciones, presencia
española y escenas de acción que quitan el hipo. Con todo, da la impresión de
que le falta metraje, tanto para la adecuada conclusión de la historia como
para el correcto desarrollo del trasfondo de los personajes. Su éxito fue tal
que se realizó una secuela ("French Connection 2", de inferior
calidad que su predecesora) y un spin-off del personaje de Doyle. De hecho, se puede sospechar cierta influencia de esta película
en la exitosa serie policíaca "El comisario", donde uno de los
personajes principales recibe el apodo de "Pope" como homenaje al protagonista de la cinta.
by Chuparrocas
QUIZÁS TAMBIÉN TE INTERESE: 1970: EL HOMBRE DE LA GUERRA
No hay comentarios:
Publicar un comentario