Título original: In the Heat of the Night
Año: 1968
País: EE.UU.
Duración: 105 min.
Fecha de estreno en España: 9 de mayo de 1968
Director: Norman Jewison
Guión: Stirling Silliphant, según la novela homónima de John Ball
Música: Quincy Jones
Montaje: Hal Ashby
Fotografía: Haskell Wexler
Productor/es: Walter Mirish
Compañía: MGM/United Artist
Intérpretes: Sidney Poitier, Rod Steiger, Warren Oates, Lee Grant, Quentin Dean, James Patterson, Matt Clark, Scott Wilson et al.
Ganadora de 5 Oscar: película, actor, guion adaptado, montaje, sonido
En las calles de
Sparta, un pequeño pueblo de EE.UU., aparece, a altas horas de la
madrugada, un misterioso cadáver. Se trata del cuerpo de un
empresario que estaba construyendo una obra muy importante para el
desarrollo de la localidad, con lo que no le faltaban enemigos.
Investigando el caso, la policía detiene como principal sospechoso a
un hombre de color que estaba en la estación de trenes. Tras
acusarle injustamente del asesinato, descubren que se llama Virgil
Tibbs, que es un inspector de policía de Philadelphia de paso en la
ciudad y que además es el mayor especialista en homicidios del estado.
Debido a los malos tratos recibidos, Virgil decide volver a la
estación, pero su gran eficacia, que contrasta enormemente con la
incompetencia del cuerpo de policía de Sparta, hace que continúe
investigando el caso por su cuenta. Desgraciadamente, Virgil no solo
se enfrentará a los peligros que supone la investigación de un
homicidio, sino también a los prejuicios raciales que poseen todos
los habitantes del pueblo.
A lo largo de la
historia de los Oscar se han alzado con el máximo galardón
películas de múltiples géneros, entre los que destacan sobre todo
el drama, el musical y la comedia. Otros como la fantasía (con “El
retorno del rey” como único representante), el pornográfico (“Cowboy
de medianoche” es la única cinta calificada X premiada con el
Oscar a la mejor película), el western (solo cuatro en toda la
historia), el bélico o la ciencia-ficción no han gozado de mucha
simpatía entre los académicos. En este grupo de lo que podríamos
llamar “géneros olvidados” está el thriller, cuyo pionero en lo que a galardones se refiere fue
esta “En el calor de la noche”, una cinta muy interesante que,
sin sobresalir en ningún aspecto (no es muy distinta a cualquier
otro thriller de los que ponen en la tele, con acción,
intensidad y un asesino al que encontrar), se alzó con el
triunfo gracias al tema que trata, bastante candente en la época en
que se estrenó: el racismo.
Esto no es extraño. Ya
estamos acostumbrados a que la Academia de Hollywood realice ese tipo
de jugadas, que no tienen más propósito que el de seguir la senda de lo políticamente
correcto. El ejemplo más reciente lo encontramos en la edición de 2001,
en la que, debido a las acusaciones de racismo que surgieron en todo Estados Unidos a raíz de los atentados del 11-S, la Academia
decidió curarse en salud y premiar en los papeles principales a dos
intérpretes negros: Denzel Washington y Halle Berry, siendo la
primera vez en la historia que unos actores afroamericanos lograban
dicho galardón.
2001 también fue el
año en que Sidney Poitier, el intérprete principal de esta
película, obtuvo su Óscar honorífico, que curiosamente ha sido el
primero y único que ha ganado en toda su carrera, puesto que en “En
el calor de la noche” la estatuilla no fue para él sino para su
compañero de reparto, Rod Steiger, quien, pese a interpretar
claramente a un personaje secundario, fue nominado en la categoría
de actor principal. Cosas de la Academia. Lo más curioso de todo es
que el propio Poitier estuvo nominado como actor principal por su
trabajo en la deliciosa “Adivina quién viene esta noche”. Y ahora
llega la pregunta del millón: ¿fue el premio a la mejor película
una especie de “compensación” hacia Poitier y, por extensión,
hacia toda la comunidad afroamericana? Que cada uno saque su propia hipótesis.
Me diréis que he
hablado poco de la película y demasiado de cosas banales, pero lo
cierto es que no hay mucho que decir sobre “En el calor de la
noche”. Es el típico thriller de sobremesa: intenso, entretenido y
muy bien rodado. Pero, más allá de su tema secundario (el cual, en
pleno siglo XXI, se antoja bastante intrascendente), no tiene ningún
aspecto que lo diferencie del resto de películas de acción de finales de los 60. Una
muy buena película pero una ilógica ganadora.
by Chuparrocas
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