Título
original: Birdman or (the Unexpected Virtue of Ignorance)
Año: 2014
País: EE.UU.
Duración: 120 min.
Género: Comedia
Director: Alejandro González Iñárritu
Guión: Alejandro González Iñárritu, Nicolás
Giacobone, Alexander Dinelaris y Armando Bo.
Música: Antonio Sánchez
Montaje: Douglas Crise y Stephen Mirrione
Fotografía: Emmanuel Lubezki
Productor: John Lester, Arnon Milchan y James W.
Skotchdopole.
Compañía: Fox Seachlight Pictures/New
Regency Pictures
Intérpretes: Michael
Keaton, Emma Stone, Edward Norton, Zach Galifianakis, Naomi Watts, Amy Ryan,
Andrea Riseborough, Lindsay Duncan, Merritt Wever, Joel Garland, Natalie Gold,
Clark Middleton, Bill Camp, Teena Byrd, Anna Hardwick, Stefano Villabona.
Ganadora de 4 Oscar: película, director, fotografía,
guion original.
Riggan Thomson es un actor que alcanzó la fama durante los años 80 al
interpretar en varias películas al famoso superhéroe Birdman. Por miedo a
encasillarse, decidió abandonar el papel para buscar otros proyectos, pero no
los encontró, y el estigma de ser recordado por siempre como Birdman le
persigue allá donde va. Veinte años después de aquella decisión, Riggan llega a
Broadway, donde representará una obra protagonizada, dirigida y adaptada por él
mismo. Quiere que sea su renacer como actor. Pero los problemas personales, los
fantasmas del pasado y la ferocidad de los críticos harán que el estreno de la
obra pueda suponerle la ruina.
En las últimas ediciones de
los Oscar siempre ha habido una película que ha supuesto un fenómeno social y se ha convertido en la gran favorita del público. Ocurrió en 2010 con "Avatar", pasó lo mismo en 2013 con "Gravity", y este año era el turno de "Boyhood", película intimista que iba
directa al corazón de los espectadores: todos la alababan por su original
propuesta de haber sido rodada a lo largo de 12 años, con la intención de, según decía su realizador, captar la
autenticidad de la vida real. Personalmente, la película me encantó, pero eso
de los doce años de rodaje me parece una mera forma de hacer que la película
sea diferente, original, que se pueda vender como algo distinto a las decenas
de filmes sobre dramas familiares que se estrenan cada año. Creo que hay muchas
formas de que una película sea genuina, auténtica o realista, más allá de una
simple decisión de planificación del calendario de rodaje: los diálogos, la
iluminación, los encuadres, las interpretaciones, todo ello perfectamente
combinado puede hacer que en lugar de ver una ficción parezca que estés viendo
la vida misma (me viene a la cabeza, por ejemplo, el estupendo trabajo de
directores y actriz en "Dos días y una noche"), y es por eso que, desde mi punto
de vista, hay mucho más realismo y mucho más arte en "Birdman" que en la
película de Linklater.
Hay que decir que "Birdman" no es una película
sencilla de ver. No lo digo por su violencia o por su intensidad, sino por la enorme complejidad narrativa, tanto técnica como temática, que atesora. La cantidad de metáforas y
metarreferencias que posee hace que uno deba masticar cada secuencia muchas
veces antes de poder tragársela. Es una película tremendamente complicada, tanto en
su ejecución como en su temática, pero muy disfrutable y tampoco demasiado
extraña como para no entenderla, aunque sí se presta a varios visionados para poder captarla en su totalidad. Por eso me alegra que la Academia la
haya premiado con el Oscar a la mejor película.
Uno de los aspectos más
curiosos de "Birdman" son las metarreferencias, principalmente relacionadas con
el personaje principal. Michael Keaton, actor famoso en los 80 por interpretar
a Batman y caído en desgracia desde entonces, encarna a un personaje
exactamente igual que él: un actor que interpretó a un superhéroe en los 80 y
que ahora conoce su decadencia. Además, la obra que representará Reagan
supondrá el renacer del actor, al igual que se supone que ocurriría con la
propia "Birdman" con respecto al propio Keaton. De esa forma, notamos que lo
que realmente cuenta la película es la historia del propio actor, aumentando
con ello el realismo de la narración. Si a eso le añadimos que la cinta está
rodada en forma de (falso) plano secuencia, sin un solo corte a pesar de desarrollarse en varios días y lugares, esa sensación de veracidad es
más intensa. Ese estilo narrativo, acompañado por el espectacular trabajo de
fotografía del mexicano Emmanuel Lubezki (que ya había ganado el Oscar el año anterior por "Gravity" y que, en esta ocasión, volvió a hacerse con él) hacen que "Birdman" parezca casi una
obra de teatro. ¿Quizá la misma obra de teatro que intenta estrenar Reagan?
Otro aspecto a destacar es el
apartado actoral. Como en toda buena comedia, es sobre los secundarios donde se sustenta la historia. Los trabajos de Naomi Watts y Zack
Gallifianakis son geniales, pero por encima de todos destacan una impresionante
Emma Stone (¡adoro a esa mujer!) y un sublime Edward Norton, que llena la pantalla en cada escena en la que aparece. Tan buenos son los secundarios de "Birdman" que, aunque Keaton no
lo haga nada mal, al final da la sensación de ser la interpretación más floja de todas.
Todas estas cuestiones,
amparadas en un trabajo de planificación y sincronización realmente impecables
(vease la famosa escena de Reagan en Times Square), hacen de "Birdman" una
auténtica gozada, una de esas películas que te dejan, mientras las ves, con una
extraña sensación de “no entiendo un carajo pero me encanta”. Una cinta altamente
recomendable, muy disfrutable, y una de las pocas ocasiones en los últimos
años, quizá junto a "The Artist", en los que da la impresión de que la Academia ha
premiado realmente a una obra de arte.
by Chuparrocas
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