Título original: Crash
Año: 2004
País: EE.UU.
Duración: 107 min.
Fecha de estreno en España:13 de enero de 2006
Director: Paul Haggis
Guión: Paul Haggis y Bobby Moresco
Música: Mark Isham
Montaje: Hughes Winborne
Fotografía: James M. Muro
Productores: Paul Haggis, Bobby Moresco, Don Cheadle, Bob Yari y Cathy Schulman
Compañía: Lionsgate Films/Bob Yari Prod./Bulls Eye Ent./DEJ Prod./Blackfriars Bridge Films
Intérpretes: Sandra Bullock, Don Cheadle, Matt Dillon, Jennifer Esposito, William Fichtner, Ludacris, Brendan Fraser, Terrence Howard, Ryan Phillippe et al.
Ganadora de 3 Oscar: película, guión, montaje
Dos
jóvenes delincuentes de piel negra que se sienten oprimidos por los
blancos. Un senador que depende del voto negro para salir elegido. Su
mujer, víctima de un ataque xenófobo a causa de un desafortunado
incidente. Un director de cine afroamericano, acomplejado por el
color de su piel. Su esposa, también de raza negra, acosada por un
policía ante la impasividad de su marido. Un policía racista y
maleducado con un padre enfermo. Su compañero, joven e idealista. Un
cerrajero de raza hispana. Un tendero iraní. Un detective negro con
un hermano conflictivo. Las historias de estos personajes se
entremezclan durante las fiestas navideñas en la populosa ciudad de
Los Ángeles.
En
la edición de los Oscar del año 2005 hubo dos películas
consideradas claramente favoritas. Una era "Brokeback Mountain",
el hermoso y polémico largometraje de Ang Lee; y la otra era
"Munich", el escalofriante relato que Steven Spielberg
realizó sobre los trágicos atentados que tuvieron lugar en los
JJ.OO. de Munich '72. Al final de la gala, un prácticamente calvo (y con gafas de sol) Jack Nicholson subió al escenario del teatro Kodak de Los Ángeles para decir el título de la ganadora del Oscar a la
mejor película. Abrió el sobre, leyó lo que ponía en el papel, y
todos vimos una expresión de asombro en su rostro. Algo raro pasaba.
¿Al fin la conservadora Academia del Cine de Hollywood había
premiado un filme con la homosexualidad como trasfondo? ¿O quizá
suponía el tercer Oscar para Spielberg? Tras un par de segundos que
parecieron un par de años, Nicholson pronunció una breve palabra,
un título de tan solo cinco letras que dejó alucinados a todos los
que aquella noche presenciaban la ceremonia: "Crash", la
segunda película de Paul Haggis (guionista de "Million Dollar
Baby") era la ganadora.
Fueron
muchos -en su mayoría, partidarios de "Brokeback Mountain"- los que, indignados, pusieron el grito en el cielo cuando se
enteraron de que había ganado "Crash", llegando a calificar el
largometraje de racista; o a exclamar que, más que una narración sólida,
se trataba de un collage de historias sueltas engarzadas de mala
manera. Lo cierto es -y lo dice uno que pensaba lo mismo que sus
detractores antes de verla- que "Crash" fue realmente la
mejor película de aquel año y, muy probablemente, una de las
mejores de toda la década de los 2000.
El
principal pilar de "Crash" es su guion, lleno de
situaciones tan verídicas que parecen sacadas de la vida misma.
Quizá sea esa la clave del filme: que nos muestra el día a día de
un puñado de personas corrientes; que nos cuenta las cosas tal y
como son, despojadas de cualquier tipo de adorno. Y por eso nos
metemos en la historia desde el primer segundo. Ver "Crash" es como
asomarse por una ventana: lo que observamos en la pantalla puede ocurrir
perfectamente cualquier día en cualquier ciudad del mundo. En este
sentido, es importante la manera en la que ¿termina? la película. Y
lo pongo entre interrogantes porque el realismo de "Crash" es tal
que no podemos decir que posea un final claro. Porque, al igual que sucede en
el mundo real, las historias que la cinta nos cuenta no concluyen, o lo hacen de manera un tanto ambigua.
Sin embargo, este realismo que tiene guion de "Crash" no se aprecia solo en la historia que relata, sino que va más allá: por un
lado, sus diálogos son de una naturalidad tal que podemos calificarlos, sin miedo a equivocarnos, de conversaciones; y por otro, la descripción
de los personajes, todos ellos -pese a ser, en cierto modo,
estereotipos- dotados de una característica muy difícil de encontrar en el cine actual: la complejidad. Los personajes de "Crash" huyen de cualquier tipo de maniqueísmo, es decir: no son
buenos o malos, si no que, como cualquier ser humano, tienen matices.
Cuando uno acaba de ver la película no es capaz de decidir si el
personaje de John es realmente un hijo de la gran puta o si
simplemente está quemado por el problema que tiene en casa. Tampoco
se puede dejar de lado la doble moral de, por ejemplo, el senador. Y
ni mucho menos la del personaje interpretado por el joven Ryan
Phillipe.
Otro
de los puntos fuertes de "Crash" es su brutal montaje, que
provoca que la película fluya de una manera natural, nada forzada.
En este sentido, son relevantes dos episodios especialmente intensos:
la escena de la niña y el tendero iraní, y la del accidente de
coche. Ambos, motivos más que suficientes para que
"Crash" obtuviese el premio en dicha categoría.
Pero
de todos los factores que hacen de "Crash" la gran película que es, el
que más llama la atención son sus actores. Es paradójico que el
reparto de una cinta tan dramática esté formado en su mayoría por
intérpretes procedentes del ámbito de la comedia, como Sandra
Bullock, Brendan Frasier, Don Cheadle o el propio Matt Dillon, que
realiza una actuación inigualable el personaje más complejo de todo el
filme (que ya es decir): el de policía racista (o no) e hijo de puta
(o no). Merecidísima, a mi juicio, su nominación al Oscar como
actor de reparto.
En
suma: "Crash" es un largometraje durísimo, crudo y
descarnado. Un filme verdadero, sin filtro, que cuenta las cosas tal
y como son, con un claro propósito: realizar una agresiva crítica a
la hipócrita y amoral sociedad urbana de principios del siglo XXI,
con el racismo y el clasismo como principales exponentes -no es
gratuita, por tanto, la alusión al 11-S que se realiza en sus
minutos iniciales-. Obra maestra incomprendida.
by Chuparrocas
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