viernes, 17 de abril de 2015

1999: ¡¡ES-PEC-TA-CU-LAR!!

AMERICAN BEAUTY

Título original: American Beauty
Año: 1999
País: EE.UU.
Duración: 116 min.
Fecha de estreno en España: 28 de enero del 2000
Director: Sam Mendes
Guión: Alan Ball
Música: Thomas Newman
Montaje: Tariq Anwar y Christopher Greenbury
Fotografía: Conrad L. Hall
Productores: Bruce Cohen y Dan Jinks
Compañía: Dreamworks
Intérpretes: Kevin Spacey, Annette Bening, Thora Birch, Allison Janney, Peter Gallagher, Mena Suvari, Wes Bentley, Chris Cooper et al.

Ganadora de 5 Oscar: película, director, guión, actor, fotografía 


Lester Burnham lleva una doble vida. De puertas hacia afuera es un trabajador normal y un padre de familia corriente, con una hermosa mujer que le quiere y una hija con los típicos problemas de la adolescencia. Pero de puertas hacia dentro es un fracasado: en su trabajo, sus jefes lo manipulan; y en su casa, su mujer no le satisface y su hija lo odia. Por eso, el día en que conoce a Angela, una atractiva lolita amiga de su hija, Lester decide darle un cambio radical a su vida y dedicarse a hacer lo que le dé la gana, sin que nada ni nadie le someta.



Lo habitual es que la primera vez que alguien realiza algo no lo haga del todo bien, ya que le falta experiencia. En el cine eso puede ser un problema, pues de ser así, todos creerán que eres uno del montón y nadie confiará en ti. Lo curioso es que muchos de los directores debutantes en los últimos años han hecho películas realmente impresionantes. No está lejos el ejemplo del sudafricano Neill Blomkamp, cuya ópera prima "District 9" logró colarse entre las 10 nominadas al Oscar a la mejor película del año 2009. Justamente diez años antes, otro director no americano también asombró al mundo con su primera película: "American Beauty", un filme que supone un tiro en la nuca al estado de bienestar.

Es paradójico que haya sido un inglés el que mejor ha sabido diseccionar los entresijos del american way of life. Y es curioso también que un director con la elegancia y el gran estilo visual de Sam Mendes venga del mundo del teatro, donde las cámaras no intervienen para nada. Por eso sorprende que consiga realizar una película con tan exquisito gusto como "American Beauty", y más siendo primerizo con las cámaras, tras las que se desenvuelve de forma espléndida. Lo que no sorprende en absoluto es la manera en la que controla a los actores (lógico, por otra parte, habiéndose formado en los escenarios), que en este caso son la salsa de la película.

"American Beauty" es una de esas cintas que los expertos llaman “coral”, en donde el peso de los actores, tanto de los principales como de los secundarios, es muy importante. Y es que, a pesar de que el protagonista es Lester (un inconmensurable Kevin Spacey, merecedor del Óscar al mejor actor principal), y su esposa (magnífica Annette Bening) y su hija (la también debutante Thora Birtch, que tuvo que obtener el permiso paterno para poder participar en la película, pues era menor de edad) podrían considerarse los segundos protagonistas, el resto de caracteres tienen la misma o parecida importancia que ellos. Así, el personaje de Ricky, recreado por un genial West Bentley, es un elemento crucial en la trama, pues gracias a él se desencadena el desenlace de la historia. Y lo mismo ocurre con Frank, el padre de este (interpretado por un soberbio y enigmático Chris Cooper). O Angela, la amiga de la hija de Lester (una sensual Mena Suvari) que es la causa fundamental que provoca que Lester tome la decisión de cambiar radicalmente de vida. Todos tienen su impronta, sin poder decir que uno de ellos queda por encima del otro. Y esto es porque todos poseen una peculiaridad: llevan una doble vida, es decir, son de una forma pero aparentan ser de otra.

Y es que de eso precisamente habla "American Beauty": de las apariencias, de los “trajes” que la gente se pone día a día para parecer algo que no es, de lo que Larra supo ver hace ya más de un siglo: “En la vida todo es máscaras, todo el año es carnaval”. Por eso, Alan Ball, a través de un guion magistral en todos los aspectos (tanto en los diálogos, como en la historia y la construcción de los personajes) no duda en desnudarles y exhibir sus vergüenzas a la vista de todos, poniendo en evidencia la hipocresía característica de las sociedades del siglo XXI. Además, en “American Beauty” se nos desvela desde el inicio el desenlace del filme, en un juego de ingenio altamente sugerente: lo primero que escuchamos nada más empezar la película es la voz en off del protagonista diciéndonos que está muerto, de manera que, en sus minutos finales, la película deja de ser una comedia para convertirse en una historia de Agatha Christie, con pistas falsas y sorpresa final incluidas.

Pero ahí no queda la cosa, pues "American Beauty" es, además, una cinta llena de símbolos y metáforas. Paso solo a destacar unos cuantos: la belleza está representada con pétalos de rosa, en concreto de una rosa típica de los EE.UU., de la que la película toma su título; Lester, Rick y Jane son los únicos personajes que aparecen desnudos en algún momento, simbolizando de esta manera que por fin se han librado de sus “vestiduras” (de hecho, el momento justo en el que Lester cambia es cuando está en el garaje haciendo pesas en pelota picada); Carolyn, la mujer de Lester, aparece semidesnuda (la escena de la cama con su amante), mostrando así que su transformación se ha llevado a cabo aunque no del todo.

Y así un montón de incógnitas más que os dejo que descubráis por vosotros mismos, pues "American Beauty" es una película llena de sorpresas, impresionante, atrevida, mordaz, políticamente incorrecta y no sé cuantas cosas más. Con ella, Mendes se convirtió, de la noche a la mañana, en uno de los principales directores de cine del siglo XXI: ganó el Oscar con su primera película, su siguiente trabajo fue una maravilla ¡y encima está casado con a Kate Winslet! Los hay con suerte.

by Chuparrocas


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