Título original: The last emperor
Año: 1987
País: Reino Unido, China, Italia
Duración: 156 min.
Fecha de estreno en España: 17 de diciembre de 1987
Director: Bernardo Bertolucci
Guión: Bernardo Bertolucci y Mark Peploe
Música: Ryuichi Sakamoto y David Byrne
Montaje: Gabriella Cristiani
Fotografía: Vittorio Storaro
Productor: Jeremy Thomas
Compañía: Columbia Pictures
Intérpretes: John Lone, Peter O'Toole, Joan Chen, Ying Ruocheng, Victor Wong et al.
Ganadora de 9 Oscar: película, director, guión, montaje, fotografía, música, dirección artística, vestuario, sonido
La
película narra la vida de Aisin-Gioro "Henry" Pu-Yi, emperador de China durante las primeras décadas del siglo
XX, desde su nombramiento a los 3 años de edad hasta su muerte, pasando por el encarcelamiento que sufrió acusado de traición a la patria durante el régimen de Mao Tse-Tung.
Se
abre el telón y aparece una pescadería en cuyo mostrador,
prácticamente vacío, hay un solo pez espada. Se baja el telón.
¿Cómo se llama la película? "El último emperador", una
auténtica obra maestra del séptimo arte.
Detrás
de este chiste malo (lo siento, tenía que contarlo) se esconde una
película realmente hermosa y bien realizada. No en balde, su director es Bernardo Bertolucci, prestigioso cineasta italiano que ya nos había resumido la historia de los primeros 70 años del
siglo XX en unas breves cinco horas a través de un largometraje
titulado "Novecento". En esta ocasión narra los mismos
años en la mitad de tiempo, y el resultado es magnífico, pues
compone una obra bellísima, que guarda toda la esencia del cine
oriental pero con una realización made in Hollywood.
En
definitiva, "El último emperador" es la razón de por qué
llamamos al cine "séptimo arte": una película que merece todas y
cada una de las estatuillas doradas que ganó (durante muchos años, el único
filme que hizo pleno (9 sobre 9) en la historia de los Oscars) con una historia (la del niño-dios Pu-Yi) digna de los
grandes clásicos de Holywood que se nos cuenta a través de unas
imágenes de gran exotismo, una ambientación impresionante y una
música atrapante. Si no fuera por la lentitud de su desenlace, que
hace que la historia pierda en interés en los minutos finales, sería una absoluta obra
maestra. De momento, se queda en una cinta imprescindible.
by Chuparrocas
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