martes, 19 de abril de 2016

SHERLOCK HOLMES EN EL CINE: "SIN PISTAS"

Como sabéis, uno de nuestros escritores es el escocés sir Arthur Conan Doyle, a quien le dedicamos un programa en tres partes, que podéis escuchar aquíaquí y aquí. En la última de ellas nos ocupamos de las adaptaciones cinematográficas que se han hecho de las historias protagonizadas por su principal creación: el detective Sherlock Holmes.

A tenor de esto, nuestro especialista en cine, Dani Romero, ha realizado la crítica de "Sin pistas", una particular revisión del detective con Michael Kane y Ben Kingsley en los papeles principales. Esperamos que os guste.


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SIN PISTAS

Título original: Without a clue
Año: 1998
País: Reino Unido
Duración: 100 min.
Director: Tom Eberhardt
Guión: Gary Murphy y Larry Strather, según los personajes creados por Sir Arthur Conan Doyle
Montaje: Peter Tanner
Fotografía: Alan Hume
Música: Henry Mancini
Productor: Mark Stirdivant
Compañía: Incorporated TElevision Company
Reparto: Ben Kingsley, Michael Caine, Jeffrey Jones, Lysette Anthony, Paul Freeman, Nigel Davenport, Pat Keen, Peter Cook.




Como tratamos en los programas dedicados a sir Arthur Conand Doyle durante la tercera temporada, el detective Sherlock Holmes posiblemente sea uno de los personajes literarios que más veces ha sido adaptado al cine, y de las formas más variopintas: desde largometrajes de todos los géneros (cine familiar, misterio, comedia, ciencia-ficción...) hasta series de televisión o versiones en animación japonesa, Sherlock Holmes y su compañero Watson han protagonizado todo tipo de productos cinematográficos. Pero si nos centramos en el género específico de la comedia, destaca la divertida “La vida privada de Sherlock Holmes”, del gran Billy Wilder. No obstante, sería injusto decir que esta ha sido la única adaptación cómica del personaje, pues a finales de los años 80, el director Tom Eberhardt realizó la que posiblemente sea una de las versiones más disparatadas e interesantes sobre Sherlock Holmes que jamás se han realizado: “Sin pistas”.

La premisa argumental de la que parte la película es un hecho que aconteció de verdad: el éxito de Sherlock Holmes fue tal que la gente pensaba que el detective existía realmente y que Conan Doyle no era más que el pseudónimo usado por el doctor Watson, quien escribía en verdad las historias. Sin embargo, los guionistas de la cinta deciden dar una vuelta de tuerca al asunto: en "Sin pistas" Watson no sólo es el autor de los relatos, sino el auténtico detective, mientras que Sherlock Holmes no es más que un personaje creado por él para preservar el anonimato. El problema surge cuando el inesperado éxito de Holmes hace que Watson se vea obligado a contratar a un actor que le ponga rostro, y el elegido no es otro que Reginald Kincade, un actor del tres al cuarto, bebedor, egocéntrico y rematadamente estúpido, que ve la propuesta de Watson como una segunda oportunidad para impulsar su carrera.

Con ese material no es raro que los guionistas Gary Murphy y Larry Starwather hayan realizado un libreto maravilloso y descacharrante, un guión que sabe relacionar y mezclar perfectamente dos tipos de humor: la típica comedia de personaje listo contra personaje tonto, representada por Watson y Kincade en sus conversaciones privadas; y la comedia de situación y de doble sentido que se sucede cuando el Holmes de Kincade sale a escena e intenta demostrar que no es un completo idiota. Si a esto le sumamos las partes en las que el público idolatra al detective (Holmes es tratado por la gente casi como un dios), tenemos incluso cierta carga de crítica hacia el fenómeno fan y el famoseo.

Pero si hay algo por lo que “Sin pistas” no sería igual es por el inmenso trabajo de sus dos protagonistas, dos monstruos de la interpretación que en esta película desprenden una química realmente inigualable: Ben Kingsley en el papel del sufrido doctor John Watson ("El Doctor del Crimen", como se hace llamar) y sobre todo un inconmensurable Michael Caine en el doble papel de Holmes/Kincade.



En definitiva, “Sin pistas” es una de las adaptaciones al cine de Sherlock Holmes más desconocidas pero al mismo tiempo más divertidas. Una cinta con unos personajes tan interesantes y unas situaciones tan disparatadas que no quieres que termine nunca de lo bien que te lo pasas viéndola. Mención especial merece la estupenda banda sonora de otro gigante de la música de cine, el gran Henry Mancini, en una de sus piezas menos recordadas pero no por ello menos brillantes. Una película altamente recomendable.

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